HISTORIA DE LA OTORRINOLARINGOLOGÍA |
ÍNDICE TEMÁTICO
Historia de la Otorrinolaringología desde sus orígenes hasta fin del siglo XIX (1ª PARTE) La otorrinolaringología fue una de las últimas de las grandes especialidades clínico quirúrgicas que surgieron. El término se conoce desde 1888 y fue introducido por Botey de España (1). La primera especialidad de características similares fue la oftalmología (1). En la medicina Homérica se encuentran citadas heridas de la nariz, garganta y partes vecinas. Es sorprendente lo que Hipócrates y sus colaboradores pudieron aprender con la observación clínica. Se pueden citar muchos párrafos auténticos solamente dentro de la otorrinolaringología que ilustran las importantes relaciones establecidas en esa época. Se citarán algunos textos de temas otorrinolaringológicos con el fin de hacemos una idea del conocimiento de la especialidad por Hipócrates. Durante esta época se produce un decaimiento científico, que se prolonga hasta el imperio I Bizantínico, donde la medicina y la otología continúan con los saberes hípocráticos y galénicos. En los siglos XV y XVI la idea del progreso se culturaliza cada vez más, nace así la creencia del progreso indefinido (9). En el siglo XVIII comienza en Francia una intensa actividad científica dentro de la medicina y una pujante reacción en todos los campos de la actividad humana (10). En Francia a fines del siglo XVIII aparece Saissy de Lyon, que creó instrumental para el oído y realizó espectaculares investigaciones en el oído interno (10). En la primera mitad del siglo XIX la medicina francesa influenciada por los métodos inductivos y su cultura filosófica y científica, ocupa las primeras plazas en Europa con Itard (10). Los médicos franceses cultivaron la observación clínica, y lemas aplicaron los progresos de las otras ciencias en beneficio del diagnóstico y tratamiento otológico. La mentalidad francesa era esencialmente anatomo-clínica. Junto con Francia, aquí tuvo lugar una importante actividad anatomo-clínica cuyos focos principales se concentraron alrededor de Dublín y Londres. Finalmente cayó en desuso durante el siglo actual debido a la aparición de aparatos con mayor sensibilidad.
Historia de la Otorrinolaringología, desde sus orígenes hasta fin del siglo XIX (2ª PARTE) Los primeros hallazgos que contribuyeron al conocimiento del aparato vestibular comienzan con los procedimientos de renacentistas italianos y del flamenco Andrés Vesalio (1514-1564), que realizaron sus investigaciones anatómicas de éste órgano (21). La mayoría de los educadores del siglo XIX fueron religiosos. La paciencia y generosidad del Benedicto español Pedro Ponce de León fue lo que inició esta noble profesión. Bonnet y Pereyra, sus discípulos, fueron los que fomentaron el crecimiento de esta especialidad, ya no en manos de médicos sino de sacerdotes y técnicos aficionados a esta disciplina. Tal vez éste sea uno de los ejemplos más contundentes de cómo la invención de un nuevo instrumento puede iniciar toda una nueva especialidad, y transformarla de clínica a clínica-quirúrgica. Esta parte de la especialidad fue la última en desarrollarse. El conocimiento de su estructura anatómica, favorecida por el nuevo instrumental que se disponía y el conocimiento de la fisiopatología de determinadas enfermedades, fue lo que posibilitó la creación de la otorrinolaringología como una entidad única y esencialmente quirúrgica. En el siglo XVIII la enseñanza de la medicina se realizaba en el viejo Hospital General de Hombres, que funcionó desde 1780 junto a la iglesia de San Pedro González Telmo. Hacia 1877 su estado era tan deplorable, que no se podían realizar cirugías por el tan alto índice de mortalidad (25). Conclusiones: A través de todo el relato histórico se han presentado consecutivamente, los avances que fueron ocurriendo lenta y progresivamente hasta su gran explosión en el siglo XIX. 1 Echavarria L. Origen y evolución de la otorrinolaringología engeneral y especialmente en la Argentina. La Semana Médica, Jun. 26,1930. Fuente: Dr. Luis Chinski – Revista de la FASO – 66-1997 – Sección Historia
Historia del Tratamiento y Rehabilitación del Niño Discapacitado Auditivo La Otología tiene una larga y estrecha asociación con la historia del hombre, dado que se ha convertido en el custodio médico de sus sistemas primarios de comunicación. Durante su desarrollo, la otología también ha adquirido otros intereses, pero la mayoría de ellos están ligados a la comunicación. El desarrollo de la otología puede trazarse a través de 4.000 años; sin embargo, durante este largo período la otología sólo se involucró profundamente en el estudio y esfuerzos para mejorar la audición de niños sordos en el último siglo y medio.
Fue comisionado por el Condestable de Castilla para enseñar a hablar a sus dos hijos sordos, a fin de que pudieran heredar legalmente su riqueza. Ponce de León fundó una escuela en el Monasterio de San Salvador, para niños sordos, limitada solamente a niños nobles. Su método era enseñar escritura, luego lectura, lectura de labios, habla y finalmente a razonar. Este método resultó tan exitoso que en poco tiempo no sólo enseñaban a niños, sino también a maestros. Un estudiante de Ponce de León, un monje llamado Bonet, escribió el primer libro sobre métodos de enseñanza a niños sordos mudos. Al final agregó unos párrafos describiendo el uso del alfabeto manual y el lenguaje de signos. Luego de este libro, la educación de sordos se dividió en dos escuelas aquellas que enseñaban la lectura de labios y otras que enseñaban el lenguaje de los signos. Sin embargo, el éxito de estos dos métodos aseguró el futuro de la educación de niños sordos.
menos, cinco buenos años para que a-prendieran a comunicarse.
La primer colaboración formal entre el otologista y el educador ocurrió en 1821 cuando Gaspard Itard (fig. 3) profesor de Otología en París, se comprometió a brindar sus esfuerzos para la rehabilitación de sordos. Fue seguido en 1872 por Próspero Meniére (fig. 4) un distinguido otologista y otopatólogo, cuando aceptó la designación como Superintendente Médico de la Escuela de Sordos y Mudos en París.
En 1876 cuando Alexander Graham Bell se trasladó de Canadá a Boston para abrir una escuela de sordos, casi inmediatamente comenzó a trabajar con el Dr. John Blake, un otólogo que había estado interesado en experimentos del lenguaje visible. La Escuela Beel enseñaba lectura de labios. El Dr. Blake pudo enseñar a Bell muchos de los detalles anatómicos del sistema auditivo y es muy posible que haya participado en el desarrollo último del teléfono que Bell esperó, en principio, fuera utilizado como una ayuda auditiva. Poco después, Clark, ciudadano de North Hampton, Massachusetts, comenzó la fundación de la Escuela Clark para Sordos, ubicada en su propia casa. Durante el planeamiento y desarrollo de esta escuela, Clark recibió mucha colaboración de parte del Dr. Green, un otologista de renombre en esa comunidad. Su escuela enseñaba lectura de labios.
Tomado de: John E. Bordley, MD. Laringectomía Total – Reseña Histórica Figura 1. HIPÓCRATES – (460 A.C.) Griego. Nació en Figura 2. GALENO, Claudio o Claro -(130-210) –
Existen indicios fehacientes como para aseverar que el cáncer de la laringe fue conocido por Hipócrates-el gran médico de Cos-, por Galeno (El sereno) y otros (8), pero su conocimiento firme comienza en el siglo XVIII, cuando en 1732 a Giovanni Battista Morgagni (1682-1771), famoso anatomista y patólogo italiano a quien se lo considera el fundador de la anatomía patológica como especialidad, y a Joseph Lieutaud (1703-1780), patólogo francés, en sendas autopsias, les permitió respectivamente poner al des¬cubierto los cánceres que provocaron disfonía e insu¬ficiencia ventilatoria. Años más tarde Gaspard L. Bayle (1774-1861), médico francés, efectuó el diag¬nóstico histológico diferencial entre el cáncer y la tuberculosis localizados en la laringe (3).
Dos hechos fundamentales contribuyeron hacia la mitad del siglo XIX a la revolución de la laringología. En 1844 se descubre el efecto anestésico de la cocaína, y en 1854 el maestro de canto español Manual García (1805-1906), con la intención de poder ver a sus cuerdas vocales inventa el clásico espejo para reali¬zar la laringoscopía indirecta, alumbrándose en esa época con la luz solar (9).
La cirugía para el tratamiento del cáncer de la laringe se remonta a las primeras décadas del siglo XIX, al preocupar a diferentes investigadores si la resección parcial o total de la laringe, permitía una eficaz función ventilatoria y por ende la vida (9). Albers, de Bonn, en 1829 inicia la cirugía experimen¬tal de la laringe publicando en el «Journal für Chirurgie» de Albrecht von Graefe y de Walther, algunas experiencias practicando en perros y otros cirujanos en diferentes animales, destinadas a de¬mostrar estos fines perseguidos (8), marcando una era memorable en el tratamiento quirúrgico de las lesiones de la laringe. Estos primeros experimentos realizados en animales, no alcanzaron totalmente su objetivo, pero años más tarde en 1870, son retomados por el eminente cirujano vienes Theodor Billroth (1829-1894) y por sus discípulos los cirujanos alemanes Vincenz Czerny (1842-1916) y Cari Gussenbauer (1842-1903), permitiendo demostrar que la laringe podía ser extirpada total o parcialmente sin grandes dificultades y sin peligro para la vida del animal, permitiendo reglar algunas técnicas quirúrgicas, que llevadas al hombre la posibilidad del éxito coronó las tentativas (3). Además el mismo Albers y Ehrmann comunican los 31 primeros casos conocidos por ellos de cáncer en la laringe. El célebre patólogo vienes Karl Freiherr von Rokitansky (1804-1878) realiza la primera clasificación histopatológica del cáncer de laringe (9). El conocimiento clínico e histopatológico de las diferentes localizaciones del cáncer de la laringe, dice J. Piquet, se remonta en esa época a no más de un siglo en que los médicos cirujanos comenzaron con seriedad a preocuparse por él. Antes de que la laringoscopía se constituyera en el método indicado y necesario para el diagnóstico de los cánceres localizados en la laringe y la faringe, estos eran llamados genéricamente «Anginas» (del latín «angere» y del alemán «angs», sofocación, angustia) término con el que se llamaba a las afecciones laringofaríngeas por los síntomas que provocaban. Cordón efectuó los primeros intentos para extirpar el cáncer de la laringe, practicando la primera tirotomía. El tumor era extirpado con tijera, bisturí, cureta filosa o con el termocauterio, siendo los resultados malos, especial¬mente por la incorrecta indicación quirúrgica y por la persistencia del cáncer en la región, falleciendo los enfermos por hemorragia e insuficiencia ventilatoria (2).
En 1854, Bernhard Rudolf von Langenbeck, (1810-1887), célebre cirujano alemán, parece ser el primero que sugirió a un enfermo la extirpación total de su laringe al diagnosticarle un carcinoma, a lo que el enfermo se negó. Kraeberle, en 1866, preconizó la laringectomía total sin llegar a realizarla, sosteniendo que antes de dejar hacer algo en estas lesiones, era necesario recurrir a la laringectomía, afirmando que en el cáncer de la laringe era preferible efectuar una laringectomía total dado que las resecciones parciales o insuficientes no mejoraban el pronóstico de los enfer¬mos ni lograba curarlos. Hüter opinó en ese tiempo lo mismo, aunque por las limitaciones y riesgos para la época dudaron en practicarla en el ser humano (3), (9). En ese mismo año Watson, cirujano de Edimburgo, Escocia, realizó una laringectomía total en un enfermo que presentaba una estenosis sifilítica grave en la laringe, sin que el enfermo sobreviviera a la operación (3).
Pese a ese éxito, esta cirugía no proporcionaba grandes beneficios a los enfermos. En 1888, Sir James Morell Mackenzie (1844-1909), el eminente médico escocés, participa de un hecho histórico que pudo haber cambiado la historia del mundo, adquiriendo difusión mundial la polémica establecida entre Ernst von Bergmann (1836-1907), y Morell Mackenzie respecto al ilustre paciente, el Príncipe Heredero del trono de Prusia Kronpriz Federico III von Hohenzollern. Morell Mackenzie se oponía firme¬mente a la laringofisura o a la laringectomía total que le quería practicar von Bergmann. Esta polémica excedió al ambiente médico para tomar carácter po¬lítico, pues el príncipe pertenecía a la familia real que gobernó a Alemania hasta 1918, y era además yerno de la Reina Victoria de Inglaterra.
1) En un antiguo periódico ilustrado que se editaba en Buenos Aires, el augusto hecho tuvo amplia divul¬gación citando al Dr. Reynal O’Connor, a la sazón diplomático argentino representante en Europa, quien ofreció una cánula para traqueotomía de su inven¬ción y que fue usada en ese caso. Federico III enfermó cuando era príncipe heredero y fue coronado ya con la traqueotomía, muriendo en Potsdam seis meses después (1).
Billroth hizo despertar al enfermo anestesiado con cloroformo, y le pidió autorización para efectuarle una laringectomía total. Habiendo obtenido el con¬sentimiento de éste, se lo volvió a dormir. Luego prolongó la cervicotomía mediana vertical que había efectuado para la laringofisura, hasta el hueso hioides, siendo separadas, según relata Gussenbauer, con instrumentos romos las partes blandas a ambos lados de la laringe. Al seccionar una rama de la arteria tiroidea superior, se produjo una hemorragia que fue cohibida con la ligadura del vaso. El pronóstico se ensombrece cuando hay compro¬miso de la faringe y también ganglionar, aunque a pesar de ello muchos son los casos que con faringectomías parciales y vaciamiento ganglionar han
Bibliografía: 1- Arauz, Juan Carlos, Bodas de Plata. Sociedad Bonaerense de Tomado de: Fernando Federico Spikermann, Rodrigo Arauz
Historia de la Laringología en la Argentina La laringología de nuestro país co¬mienza en 1886 cuando Eduardo Obejero organiza el primer servicio de otorri¬nolaringología en el viejo hospital San Roque, actualmente Hospital Ramos Mejía. Tomado: |
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