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¿Han nacido los seres humanos para hablar?

¿HAN NACIDO LOS SERES HUMANOS PARA HABLAR?

Si se trata de la invención, el lenguaje es la mayor de cuantas el hombre ha ideado. Se han avanzado muchas hipótesis sobre el origen del lenguaje:

• La teoría del guau-guau (“bow-wow”); e virtud de ella, las primeras palabras se formarían por onomatopeya, como en guau-guau del perro, el cucú de cuco o el zizás del tortazo.
• La teoría del oh-oh; las primeras palabras se constituirían de interjecciones que denunciaran emociones: oh, bah, eh.
• La teoría del yo-he-ho; cuando muchas personas coordinan sus esfuerzos para tirar de una cuerda o hacer rodar por piedra, pueden haber tenido que recurrir a cánticos ritualizados que eventualmente adquirieron un significado.
• La teoría de la-la; algunos sonidos pueden haberse originado en el juego, como el canto de los niños o los arrullos de los amantes.
• Gestos orales: Los primeros hablantes pudieron haber usado los labios para señalar, produciendo cambios vocálicos que distinguieran lo próximo lejano. Esto puede explicar los cambios que en ingles se aprecia en las palabras this (esto) y that (eso) y en francés en las palabras voici (aquí está) y voilá (ahí está)

El lenguaje primitivo podría haber abundado en palabras con significado y carecido de elementos gramaticales. Puesto que habría evolucionado mucho antes que su sintaxis, las huellas de eso podrían rastrearse en los gestos de los monos a los que se les ha enseñado lo elementos de un sistema de signos. Los niños salvajes también proporcionan indicios de cómo fue el lenguaje primitivo, puesto que han estado aislados en los años cruciales en los que la sintaxis se desarrolla normalmente. Los supuestos “niños-lobo” rescatados de regiones salvajes de la india a principios de siglo pusieron aprender muchas cosas, pero apenas si fueron más allá de la capacidad lingüística de un niño normal de dos años.

El salto del lenguaje primitivo al lenguaje sintáctico es el más difícil de explicar de todos. Un simple episodio genético podría haber bastado para convertir un protolenguaje en uno sintáctico. Todos los prerrequisitos del lenguaje: mayor cerebro, tracto vocal mejorado, nuevas conexiones nerviosas; suponen, cambios en la anatomía de la cabeza.
Las propias modulaciones poseen una riqueza considerable, que brota en parte de la forma insólita del tracto vocal humano. La forma de éste convierte a los seres humanos en los únicos mamíferos incapaces de beber y respirar al mismo tiempo. El inconveniente es que más de uno se ha ahogado al comer.

Según parece, ese riesgo mayor de ahogo viene compensado por la mayor capacidad de articulación posibilitada por nuestro tracto vocal. Por el contrario, el hombre de Neandertal poseía un tracto vocal similar al de un mono. Si es así, habría tenido uno bastante poco articulado, defecto que podría explicar por qué ese homínido desapareció mientras el Homo Sapiens sobrevivía.


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