EL OLFATO Y EL GUSTO |
Enfoque de las Alteraciones en el Olfato y el Gusto
¿Como funciona nuestro sentido del olfato? El sentido del olfato forma parte de nuestro sistema sensorial químico, o los quimiosensores. Las células sensoriales en nuestra nariz, boca y garganta tienen la función de ayudarnos a interpretar los olores, así como los sabores. Las moléculas microscópicas que se liberan a nuestro alrededor (por los alimentos, las flores, etc.) son las que van a estimular estas células sensoriales. Una vez que las células detectan las moléculas envían un mensaje a nuestro cerebro, donde el olor es identificado. Las células olfativas o células nerviosas del olfato, son estimuladas por los olores que están a nuestro alrededor, como el de una Gardenia o el del pan que está en el horno. Estas células nerviosas se encuentran en la parte superior del interior de la nariz y se conectan directamente al cerebro. Nuestro sentido del olfato es también influido por algo llamado el sentido químico común. Este sentido incluye las terminaciones nerviosas en nuestros ojos, nariz, boca y garganta, especialmente en las superficies húmedas. Más allá del olfato y el gusto, estas terminaciones nerviosas nos ayudan a sentir otras sensaciones que son estimuladas por diferentes sustancias, y que producen lágrimas en los ojos al cortar una cebolla o la sensación refrescante de la menta. Es una sorpresa para muchas personas saber que los sabores se reconocen principalmente a través del sentido del olfato. Junto con la textura, la temperatura, y las sensaciones que son recibidas por el sentido químico común, la percepción del sabor es una combinación de los olores y sabores. Sin las células olfativas, los sabores familiares como el café o las naranjas serían más difíciles de distinguir. Cuál es la causa de los trastornos del olfato? Los trastornos del olfato tienen muchas causas, algunas más claras que otras. La mayoría de las personas comienzan a sufrir trastornos del olfato después de haber tenido algunas enfermedades o lesiones recientes. Los factores desencadenantes más comunes son las infecciones de las vías respiratorias superiores y los traumatismos encéfalocraneano. Entre otras causas que producen trastornos del olfato se encuentran los pólipos en las fosas nasales, las infecciones de los senos paranasales, los trastornos hormonales y los problemas dentales. La exposición a ciertos productos químicos como los insecticidas y solventes, y algunos medicamentos también ha estado asociada con trastornos de olfato. Las personas con cáncer en la cabeza y cuello que reciben tratamiento con radioterapia también experimentan problemas con su sentido del olfato. Los doctores y los científicos han desarrollado pruebas para determinar el grado y la naturaleza de los trastornos del olfato en las personas. Las pruebas están diseñadas para medir la menor cantidad de olor que los pacientes pueden detectar, así como la exactitud para identificar diferentes olores. En realidad, una prueba fácilmente aplicada es la de «raspar y oler», en la cual la persona debe raspar muestras de papel tratado para liberar diferentes aromas que deberá oler e identificar dentro de una lista de posibilidades. De esta forma, los doctores podrán determinar fácilmente si los pacientes tienen hiposmia, anosmia u otra clase de trastorno del olfato. Como todos nuestros sentidos, el sentido del olfato desempeña un papel importante en nuestras vidas. El sentido del olfato a menudo es la primera señal que nos alerta sobre el humo de un incendio o el olor de una fuga de gas natural y gases peligrosos. Quizás lo más importante es que nuestros quimiosensores también son a veces los que dan la primera señal sobre problemas graves en la salud. La obesidad, diabetes, hipertensión, malnutrición, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple y la psicosis de Korsakoff están todas acompañadas o dan como señal problemas quimiosensoriales como trastornos del olfato. El tratamiento adecuado aplicado en algunas personas experimenta alivio de los trastornos de olfato. Ya que ciertos medicamentos pueden causar problemas, al ajustar o cambiar la medicación se puede aliviar su efecto sobre el sentido del olfato. Otros recuperan la capacidad para oler cuando se resuelve la enfermedad que causa los problemas olfativos. Para los pacientes con obstrucciones nasales como los pólipos, la cirugía puede eliminar las obstrucciones y restaurar el flujo de aire. Muchas veces, las personas gozan de una recuperación espontánea porque las neuronas olfativas pueden regenerarse después del daño.
¿Cómo funciona nuestro sentido del gusto? El sentido del gusto forma parte de nuestro sistema sensorial químico, o quimiosensores. El complejo proceso de la degustación comienza cuando las diminutas moléculas que se liberan a nuestro alrededor estimulan las células especiales en nuestra nariz, boca y garganta. Estas células sensoriales especiales transmiten los mensajes a través de los nervios hasta nuestro cerebro, donde los sabores específicos son identificados. Las células gustativas o células nerviosas del gusto, reaccionan ante los alimentos y las bebidas. Son células superficiales que están en la boca y envían la información del gusto a las fibras nerviosas. Las células gustativas se agrupan en las papilas gustativas de la boca, la lengua y la garganta. Muchos de los pequeños hoyos que se pueden ver en la superficie de la lengua, contienen papilas gustativas. Otro mecanismo quimiosensorial, llamado el sentido químico común, colabora en la identificación de los sabores de los alimentos. En este sistema, miles de terminaciones nerviosas–especialmente en las superficies húmedas de los ojos, la nariz, la boca y la garganta–dan lugar a las sensaciones punzantes del amoníaco, la frescura del mentol y la irritación de los pimientos rojos (chili peppers). Comúnmente podemos identificar por lo menos cinco sensaciones del gusto diferentes: dulce, agrio, amargo, salado y umami (el sabor producido por glutamato que se encuentra en caldo de pollo, extractos de carne y algunos quesos). En la boca, junto con la textura, la temperatura y las sensaciones del sentido químico común, estos gustos se combinan con olores para producir la percepción del sabor. Es el gusto que nos deja saber si estamos comiendo una pera o una manzana. Es una sorpresa para muchas personas saber que los sabores se reconocen principalmente a través del sentido del olfato. Si tapa su nariz mientras come chocolate, por ejemplo, usted tendrá dificultad para identificar el sabor del chocolate–aunque podría distinguir si el alimento es dulce o amargo. Eso es porque la característica distintiva del chocolate, por ejemplo, a diferencia de los caramelos, es en gran parte el olor. La queja más común y verdadera sobre el gusto está referida a las percepciones gustativas fantasmas. Además, las pruebas pueden demostrar una reducción en la capacidad de sentir sabores dulces, ácidos, amargos, salados y umami, y esto se llama hipogeusia. Otras personas no pueden detectar ningún sabor, lo que se llama ageusia. Ciertamente la pérdida total del gusto es rara; normalmente se percibe como reflejo de la perdida del olfato, la que es a menudo confundida con una pérdida del gusto.
¿Cuál es la causa de los trastornos del gusto? Algunas personas nacen con trastornos quimiosensoriales, pero la mayoría los desarrolla después de haber tenido algunas lesiones o enfermedades. Las infecciones de las vías respiratorias superiores serían las responsables de algunas pérdidas quimiosensriales y las lesiones en la cabeza también pueden causar problemas gustativos. La pérdida del gusto también puede ser causada por la exposición a ciertos productos químicos, como los insecticidas, y por algunos medicamentos. Los trastornos del gusto pueden ser el resultado de problemas de salud bucodental y algunas operaciones quirúrgicas (por ejemplo, la extracción del tercer molar y cirugía del oído medio). Muchas personas que reciben radioterapia para tratar el cáncer en la cabeza y cuello desarrollan trastornos quimiosensoriales. El grado de un trastorno quimiosensorial puede determinarse al medir la concentración más baja de un producto químico que una persona puede detectar o reconocer. A un paciente también se le puede pedir que compare los sabores de diferentes productos químicos o cómo nota el aumento de la intensidad de un sabor cuando la concentración química es incrementada. Los científicos han desarrollado pruebas gustativas en las cuales el paciente responde a diferentes concentraciones químicas. Esto puede incluir la sencilla prueba del «tomar, salivar y enjuagar», o la aplicación de productos químicos directamente sobre áreas específicas de la lengua.
¿Qué investigación se está haciendo? Existen Instituciones que apoyan las investigaciones básicas y clínicas de los trastornos de los quimiosensores en todo el mundo. Algunos de estos estudios se realizan en varios centros de investigación de quimiosensores, donde los científicos están haciendo adelantos que les ayuden a comprender el olfato y el gusto, éstos pueden conducir a nuevos tratamientos para el trastorno de los mismos. Alguna de la investigación más reciente sobre nuestro sentido del olfato es también la más apasionante. Aunque una comprensión completa del sentido del olfato, que es muy complejo, está todavía en desarrollo, estudios recientes sobre cómo los receptores reconocen los olores, junto con nueva tecnología, han revelado algunos secretos de cómo el olfato maneja la detección y discrimina entre los muchos compuestos químicos que forman los olores. Además de revelar los mecanismos físicos que usa nuestro cuerpo para identificar los olores, estos resultados están ayudando a los científicos a considerar el olfato como un modelo para otros sistemas sensoriales moleculares del cuerpo. Aún más, los científicos están seguros de que están ahora en posición de entender los detalles más sutiles acerca de nuestro sentido del olfato, una investigación que puede ayudarles a comprender cómo el olfato afecta e interactúa con otros procesos fisiológicos. Desde que los científicos empezaron a estudiar el sistema olfativo, mucho se ha descubierto acerca de cómo funcionan los quimiosensores y cómo son afectados por el envejecimiento. Al igual que otros sentidos de nuestro cuerpo, el olfato puede resultar muy afectado por el envejecimiento. En realidad, los científicos han encontrado que el sentido del olfato empieza a disminuir después de los 60 años de edad. Las mujeres, a todas las edades, son en general más exactas que los hombres al identificar los olores, aunque el tabaquismo puede perjudicar esa capacidad en hombres y mujeres. Otra área del descubrimiento ha sido la reacción del sistema olfativo a diferentes medicamentos. Igual que el sentido del gusto, el sentido del olfato puede ser dañado por ciertos medicamentos. Sorprendentemente, otros medicamentos, especialmente aquellos prescritos para las alergias, han sido asociados a una mejoría en el sentido del olfato. Los científicos están trabajando para determinar por qué esto es así, y desarrollar medicamentos que puedan usarse específicamente para ayudar a restaurar el sentido del olfato en los pacientes que lo han perdido. Además, las células de olfato (junto con las células del sabor) son las únicas células sensoriales que regularmente se reemplazan a lo largo de toda la vida. Los científicos están examinando estos fenómenos, que pueden proporcionar formas de reemplazar éstas y otras células sensoriales y nerviosas dañadas. Una parte de la investigación más reciente sobre nuestro sentido del gusto está dirigida a identificar los receptores claves en nuestra células gustativas y conocer cómo trabajan para poder entender completamente el sistema gustativo, en particular cómo trabaja el mecanismo proteico en la proteína G asociada con los receptores. Los resultados en esta área pueden tener grandes usos prácticos como el desarrollo de medicamentos y alimentos artificiales que les permitan a las personas de edad avanzada, con trastornos gustativos, poder disfrutar nuevamente del sabor de los alimentos. La futura investigación podría estudiar cómo cambia el sabor entre los seres humanos y los animales. Parte de la investigación se enfocará en la adaptación al cambio del gusto en diferentes especies animales durante largos períodos, mientras otra investigación estudiará por qué nosotros aceptamos o rechazamos diferentes sabores. Más allá de esto, los científicos también sienten que el futuro de la investigación del gusto podría también colaborar en la investigación de cómo el gusto afecta varios de los procesos y actividades en el cerebro. Específicamente, cómo el gusto interactúa con la memoria, cómo influye en los sistemas de retroalimentación hormonal, y cómo modifica las decisiones y el comportamiento al comer Es notable el progreso que se ha hecho al establecer la naturaleza de los cambios que ocurren en el gusto con la edad. Ahora se sabe que la edad influye mucho más sobre el olfato que sobre el gusto. Además, las células del gusto (junto con las células del olfato) son las únicas células sensoriales que regularmente se reemplazan a lo largo de toda la vida -normalmente las células gustativas viven diez días-. Los científicos están examinando estos fenómenos, que pueden proporcionar formas de reemplazar éstas y otras células sensoriales y nerviosas dañadas. Las metas de los programas de investigación son ambiciosos donde para las ciencias quimiosensoriales incluyen:
¿Qué puedo hacer para ayudarme? La mejor cosa usted puede hacer es ver a un doctor. El diagnóstico adecuado por un profesional especializado, como un otorrinolaringólogo, es importante. Estos médicos se especializan en los trastornos de la cabeza y el cuello, especialmente aquellos que se relacionan con el oído, la nariz y la garganta. El diagnóstico puede conducir a un tratamiento efectivo de la causa subyacente de su trastorno del olfato. Muchos tipos de trastornos del olfato son curables, y para aquellos que no lo son, existen programas de orientación para ayudar a los pacientes a que hagan frente a la situación. Los sentidos del olfato y del gusto son quimiosentidos y pertenecen al sistema químico sensorial. Los procesos del olfato y del gusto son complejos. Estos empiezan cuando se liberan moléculas por medio de sustancias que estimulan las células sensoriales en la nariz, la boca o la garganta; las células nerviosas olfativas son estimuladas por los olores. Estas células se encuentran en el tejido localizado en la parte superior e interna de la nariz y están conectadas directamente con el cerebro; las células nerviosas gustativas son estimuladas por el sabor de los alimentos y bebidas. Estas células están localizadas en las papilas gustativas de la boca y la garganta y estas células sensoriales transmiten mensajes al cerebro a través de los nervios, donde se identifican olores y sabores específicos. Otro proceso quimiosensorial, llamado sentido químico común, también contribuye al gusto y al olfato. Estas células alertan al cerebro de sensaciones tales como el calor (como el de los pimientos) o frío (como el mentol).
¿Cómo interactúan el gusto y el olfato? Los cuatro sabores básicos son: dulce, agrio, amargo y salado. Cuando estos gustos, junto con la textura, temperatura y la información procedente del sentido químico común, se combinan con los olores, la percepción del sabor ocurre. El sabor define al alimento que estamos comiendo y es reconocido principalmente a través del sentido del olfato. Dado que una alteración en los sentidos del olfato y el gusto a menudo tiene relación con diversas especialidades médicas, para su estudio debemos considerar un enfoque pluridisciplinario e integral, que abarca a diversos tipos de trastornos, estableciéndose así por el Equipo Médico un protocolo único, con la finalidad de determinar la causa y programar el tratamiento más idóneo para el paciente, ahorrándole molestias y visitas innecesarias.
¿Padece alguno de estos síntomas?
Cualquiera de estas anomalías requiere una consulta médica para determinar las causas y aplicar el tratamiento médico o quirúrgico más apropiado.
Las alteraciones en el olfato y el gusto tienen una gran importancia en el desarrollo de nuestras vidas. Estos sentidos tienen una función fundamental en diversos procesos, y en especial, en el desarrollo del proceso del apetito. Los trastornos en el olfato y el gusto tienen un gran impacto en la vida social de quién los padece, ya que empobrece su calidad de vida. El sabor de los alimentos, el aroma del café, el bouquet de un buen vino, son informaciones procesadas por el olfato. Es sorprendente saber que los sabores se reconocen principalmente a través del olfato. Si tapa su nariz mientras come chocolate, tendrá dificultades para identificar el sabor del chocolate, si bien podrá distinguir si el alimento es dulce o amargo. El gusto, en cambio, se produce en la lengua. A menudo, la percepción de alteraciones en el gusto suelen ser alteraciones del olfato, ya que se confunden gusto, olor, aroma, fragancia y sabor. Olor: Conjunto de características físicas (cosquilleo, picor, dolor, frescor, calor) y químicas del olor (olor de rosa) vehiculadas por el aire y procesadas en la nariz. Aroma: Es el olor que penetra en la nariz tanto por vía anterior como posterior vinculado a la comida. Fragancia: Es el olor no vinculado a la comida (flores). Sabor: Mezcla de todos los componentes organolépticos (propiedades físicas y químicas) del gusto y del olor en el proceso de comer. La disminución de la capacidad de oler (hiposmia) y de saborear substancias dulces, agrias, amargas o saladas (hipoageusia), y la pérdida total de los sentidos del olfato (anosmia) y del gusto (ageusia) que suelen ir íntimamente ligados, son los desórdenes sensoriales más frecuentes que originan la visita al especialista. Incidencia de las alteraciones del olfato y el gusto en determinadas profesiones Serias señales de peligro que disminuyen la calidad de vida
Los trastornos del olfato son graves porque deterioran el sistema de aviso que puede alertar a una persona de cosas tan importantes como:
Causas más comunes de las alteraciones del olfato y el gusto
¿Cómo se diagnostican las alteraciones en el olfato y el gusto? La Historia Médica y la exploración física permiten detectar las causas de estas alteraciones, que deberá completarse con procedimientos de diagnóstico complementarios, como:
Tratamiento de las alteraciones |
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